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Articulos Sobre Educación
Bullying
22 enero, 2008
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Identificación, sensibilización, formación y acción

 Casi un 25% de los alumnos (uno de cada cuatro niños/as españoles) de entre 7 y 17 años están afectados por algún tipo de violencia en las aulas, presentando una mayor incidencia en la etapa de la Educación Primaria, donde los niños/as son más vulnerables.

 Sea el tipo de violencia que sea, produce una respuesta en la victima, ya sea falta de autoestima, (como ya he comentado en el artículo sobre el autoconcepto), ansiedad, depresión,… que les induce a un inevitable fracaso escolar.

 Este aumento de la agresividad, no es más que una falta de educación y de límites. Cuando digo falta de educación, no me refiero solo a la falta de respecto hacia el otro, sino también a la falta de técnicas y estrategias por parte de las familias para educar en esta sociedad del poder, del poder por encima de lo que sea, que ha llegado hasta los más pequeños.

 Cuando hablamos de agresividad, debemos tener presente que es algo innato, que forma parte de la naturaleza humana, desde que matábamos animales para comer. Hoy en día también ocurre, aunque no lo hacemos con la agresividad de antaño. Hoy podemos hablar de personas que tienen un estilo agresivo, al actuar, al hablar, agresivos que no llegan a ser violentos. Así distinguimos una actitud de una acción.

 Cualquier persona agresiva no tiene que llegar a la violencia si la controla, educa y ayudamos a dirigirla desde pequeño/a.

 Hagamos una distinción entre problemas de violencia y de convivencia.

Los primeros son esos en los que aparece un conflicto y se ha resuelto mal, de forma que una de las partes se encuentra en desventaja y en posición de sumisión. Estos conflictos mal resueltos tienden a repetirse y a generar diversos tipos de violencia.

Los segundos surgen cuando existen intereses opuestos tras los que no se llega a un acuerdo sino a un conflicto, que puede ayudarnos a entender que no siempre se gana o se pierde y que el superar un conflicto nos ayuda a crecer.

Son los primeros, los problemas de violencia los que dan lugar al Bullying, muy presente en las noticias actualmente.

El bullying se diferencia de conducta agresiva  porque es una acción repetida que ocurre regularmente en el tiempo (Olweus, 1999), y normalmente incluye una posición desequilibrada de poder (Craig, 1998).

 

 Podemos diferenciar entre tres tipos de Bullying:

– Físico: Incluye acciones como golpear,dar patadas, robar, obligar.

– Verbal: Como son los motes, burlas crueles, amenazas.

– Relacional indirecto o social: Como es la exclusión social, rumores, y retirada de amistades.

 

Siendo las dos primeras más frecuentes en chicos y la tercera en chicas.
  
Esta  realidad, que va dejándose ver  en casi todos los centros educativos, en mayor o en menor medida, nos encontramos con tres grupos de personajes: las víctimas, los acosadores y, por último, los espectadores.

 Nos encontramos con que las victimas tienen pensamientos como “si pudiera volver a empezar, si volviera a nacer, quisiera ser otra persona totalmente distinta”. Y por otro lado, los acosadores, son personas igualmente con falta de autoestima, que lo que buscan es que a través de la violencia y el acoso, sean reconocidos como personas con valor, sin darse cuenta de que las verdaderas vías para ello no son las que provocan el miedo, la inseguridad, el aislamiento del otro/a.

 Con cada grupo (víctimas, agresores, espectadores) tenemos que trabajar aspectos diferentes, pero también trabajar con todos a la vez.  Para ello, os ofrezco el siguiente cuadro, en el que podéis encontrar los 4 pasos fundamentales:

– Primer paso: Identificar a cada personaje o grupo.

– Segundo paso: Ver qué podemos hacer y empezar a actuar.

– Tercer paso: Formar a cada grupo para conseguir lo que deseamos de ellos/as: Que tengan un espíritu crítico y una autoestima positiva que les ayuda a relacionarse adecuadamente.

– Cuarto paso: Acción. Actuar con ellos/as a diario, en cada momento y situación que vaya aconteciendo.
 

   Víctima Agresor  Espectadores 

 Identificación

¿Cómo se identifican?

Tiende a aislarse. Evita ir al colegio, para lo que suele poner excusas muy diversas.

Muestra:ansiedad,miedos, síntomas depresivos.

A veces tienen señales de maltrato.

Presentan falta de comunicación.

 ¿Cómo identificarlo?

Generalmente se reciben llamadas del centro en las que se transmiten actitudes y acciones violentas.

Incluso partes disciplinarios que pueden en ocasiones conllevar expulsiones del centro.

Inicialmente no se les reconoce fácilmente, porque no siempre suelen ser los mismos, aunque si ocurre, tienden a:
– Ponerse de parte del agresor por miedo.
– O terminar mostrando los síntomas de la víctima.

 Sensibilización

¿Qué podemos hacer?

 Mostrar empatía, contarles ejemplos propios, aunque tengan que ser inventados.
Ayudarles a identificar a los agresores en cualquier contexto (Dibujitos, cuentos, en el patio,…).
 Ayudarles a ser conscientes del papel que están jugando.
Ayudarles a que se pongan en el lugar del otro, y pensar en cómo se sentirían si fueran ellos mismos.
Facilitar que se desprendan de esa armadura que hay ido creando.
 Analizar situaciones en las que todos tengan que opinar. 
Es bueno comenzar con opiniones por escrito, en las que se involucrarán mas, y pasar progresivamente a opiniones orales y en grupo.
 Formación  No culpar a la Víctima.
“La victima no tiene la culpa”. Nunca.
Hacerles llegar a la conclusión de que no ocurre por ellos, sino porque el/la agresor no acepta el sistema, no acepta a los demás ni a si  mismo.
 Hacernos cómplices de él/ella.
Tener en cuenta las aportaciones de ellos/as.
Fomentar el trabajo con compañeros/as.
Darle explicaciones de todo.
Mostrarle afecto, para que se acostumbre a éste y vaya imitando ese rol.
Reforzar lo positivo e ignorar lo negativo.
 Analizar muchas situaciones de violencia.
 Acción

 No victimizar.
Extinguir la conducta que está consiguiendo el agresor (no llorar delante de él, no responderle, …).

Dotarle de estrategias de afrontamiento: mirar, formar una visión real del agresor.

Enseñarle que decir que NO, ayuda.

 Empatizar con la víctima acabando siempre con algo positivo que le haga pensar cada vez mas que otras vías le ayudarían a conseguir el éxito y la felicidad.  Ayudarles con el análisis de la propia realidad a convertirse en defensores y nunca en nuevos agresores ni nuevas víctimas.

 Señalar que los resultados de los últimos análisis nos indican que hay diferencias entre las comunidades del país. Estando Andalucía en cabeza con un 27’7% de la violencia escolar que se produce en España.

 Los resultados de una encuesta realizada a 25.000 alumnos/as en presencia de sus tutores/as, nos revelan que de cada 100 niños/as 44 refieren haber sufrido algún tipo de violencia escolar, al menos una vez. Y otros 23 dicen que les ocurre con frecuencia. Siendo más de un 50% de los niños/as encuestados los que lo reconocen.

 Lejos de alarmarnos, lo que debemos hacer es orientarles y educarles, no solo en la escuela, donde pasan de cinco a ocho horas de las veinticuatro que tiene el día, sino también en la familia, con un diálogo abierto de respeto y de libertad, ayudándoles a tener una opinión propia y crítica, aceptándose a sí mismos y sintiéndose personas valiosas con valor para afrontar conflictos diversos.

Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)