Observar la velocidad con la que recupera su posición podría ayudar a identificar la presencia de ELA y su grado de desarrollo.

Una prueba tan sencilla como tirar de la piel y observar la velocidad con la que vuelve a su posición habitual podría ayudar a los médicos a determinar si una persona padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la rapidez de su desarrollo, según revela una investigación presentada en el marco de la reunión anual de la Academia Americana de Neurología (AAN) que se está celebrando en Seattle (Estados Unidos).
 
La ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, es un trastorno autoinmune en la cual el organismo ataca a sus propias neuronas motoras. Cuando esas células mueren, el paciente comienza a sufrir parálisis gradual. No existe cura para la ELA y, según las estimaciones de la Alianza Internacional de la ELA, cada año se diagnostican alrededor de 120.000 nuevos casos en todo el mundo.
 
El sistema nervioso y la piel derivan de las mismas células embrionarias y muchas enfermedades afectan a ambos sistemas, explican los investigadores. En palabras del Dr. Hiroshi Mitsumoto, del NewYork-Presbyterian Hospital estadounidense y autor principal de la investigación, “siempre se ha sospechado que la piel de los pacientes con ELA es diferente de la que presentan las personas saludables”.
 
Mediante un dispositivo especial, los investigadores midieron la elasticidad de la piel en 40 pacientes con ELA y 30 familiares saludables, al inicio del estudio y tres meses después. Los autores hallaron que la piel de los brazos de los pacientes con ELA era menos elástica que la de sus parientes saludables. Así, a la piel de los pacientes con ELA le costaba más volver a su posición habitual tras estirarla. Además, cuanto más rápido perdían la elasticidad los pacientes con ELA, mayor era el progreso de la enfermedad.
 
Los expertos señalan que se necesitan más estudios para comprender mejor las bases bioquímicas de estos hallazgos.

Fuente: jano.es