Superstición del número 13
Acerca de ella dice Julio Cejador en su Fraseología o Estilística Castellana (tomo 3º., Madrid, 1924) que el 13 es número tabú en muchas cosas.
“No coman trece juntos, no partir de viaje el 13 del mes, no vivir en el número 13 de la calle… En muchos hoteles falta la habitación 13, y el día 13 amengua en los grandes expresos el número de viajero. ¡Probablemente “añade-, esos que temen el 13 no creen en el Evangelio” (1)
Cejador afirma que esta superstición “viene de la Cena de Jesús, uno de los cuales, Jesús, murió antes de pasado el año”.
(Cejador se olvida de que lo propio le ocurrió a Judas Iscariote).
(1) En el libro Los teatros de Madrid, de Augusto Martínez Olmedilla (Madrid, 1947, página 322), leí que en el teatro Rey Alfonso, sito en la calle de Cedaceros, casi esquina a la de los Madrazo, se suprimió en las butacas la fila 13 y el número 13, sustituyéndolo por el número 12 bis, para satisfacción de los supersticiosos.
Augusto Conde, en sus Recuerdos de un diplomático (tomo 1º, pág. 128), al hablar del Madrid de los años 1841 a 44, refiere que el embajador de Dinamarca en nuestra corte, llamado Dalgordo di Prinio, “Tuvo la ocurrencia de mandar hacer una muñeca de grandor casi natural, y la sentaba a su mesa cuando alguna circunstancia imprevista reducía el número de sus convidados a trece, que es guarismo considerado de mal agüero, a pesar de la decantada ilustración de nuestro siglo”.
Fuente: El por qué de los dichos de José María Iribarren