Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)
Durante estos meses de vacaciones los niños/as participan en diversas actividades con sus iguales (niños/as con la misma edad, o similares).
En estas actividades, además de disfrutar jugando, dialogan desarrollando todas esas habilidades comunicativas y sociales tan necesarias para asegurar su integración social.
No es tan importante que les apuntemos a tantas actividades que terminen sin ganas de ir a ninguna de ellas, como el hecho de que sean ellos los que elijan las actividades que quieren disfrutar. Pero, ante tanta demanda de actividades, nos encontramos en ocasiones que no conocemos lugares conocidos o de confianza, siendo igual de válidas las realizadas con los amigos/as del barrio, vecinos, hermanos/as y demás familiares.
Lo importante es que existan, ya que aprenden mucho más de lo que llegamos a imaginar. Aprenden a comunicar sus opiniones; a ganar y a peder, esto último mucho más difícil, ya que nacemos sabiendo ganar, pero aprender a perder es algo que lleva gran parte de nuestra vida; a escuchar; a observar y predecir; a disfrutar del disfrute de los demás; a consolar a los que pierden; a enseñar a otros a jugar;… y otras muchas habilidades. Por todo eso, el juego con sus iguales es una actividad esencial durante todo su desarrollo, y muy accesible durante las vacaciones.
Está a nuestro alcance facilitarle a diario “ratos” para jugar y acudir a actividades programadas. Aunque igual de importante es, ofrecerle tiempos libres sin programar, para que puedan elegir qué actividades realizar. De esta forma podemos observar la capacidad de elección, sus preferencias ante el juego en grupos o individual, sus juegos preferidos, …etc.
Tenemos, por tanto, un importante papel en el desarrollo de sus habilidades comunicativas e incluso en el juego. Somos su referencia a la hora de entablar conversaciones con sus iguales, así si ellos/as nos ven hablando en un tono amigable en la mayoría de los casos, actuarán de esa manera, y si nos ven hablar con tono altivo, actuarán con prepotencia cuando tengan la mínima oportunidad, siendo rechazados como consecuencia.
Igualmente somos su referencia en el juego, de modo que si nos sulfuramos al perder, no aprenderán a asumir que se pierde mas que se gana, y que lo importante es disfrutar jugando, sin sufrir cuando uno pierde y celebrando cuando uno gana.
Debemos fomentar ratos de charlas con nuestros pequeños/as y ratos de juego, para que seamos un referente positivo y en familia disfrutemos más de las vacaciones.