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Evolución natural de la EM
18 septiembre, 2008
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Evidencias acerca de la evolución natural de la EM

Con frecuencia, la primera presentación clínica de una Esclerosis Múltiple (EM) es lo que se ha dado en llamar un Síndrome Neurológico Aislado (SNA), entendiendo como tal aquella clínica neurológica dependiente de la disfunción de una zona del sistema nervioso central, como puede ser por ejemplo una neuritis óptica.

Si bien esto es así, no todos los pacientes que han tenido un SNA desarrollarán posteriormente una EM.

Por otra parte, en aquellos que sí la desarrollan existe una gran variabilidad en cuanto al número e intensidad de brotes que presentarán, así como en la evolución a formas secundarias progresivas y el grado de discapacidad acumulada.

Lo expuesto previamente ha llevado a muchos investigadores a realizar estudios que intentan encontrar las claves que predigan una mejor o peor evolución. Estos hallazgos serían de gran interés a la hora de individualizar el tratamiento en función de cada tipo de enfermedad.

Este año se han publicado en la revista “Brain” los resultados de un estudio de seguimiento a muy largo plazo, iniciado en la década de los 80 en Reino Unido, y que valora la evolución de pacientes que debutaron con un SNA y disponían de un estudio inicial de resonancia magnética.

Lo que hace más interesante a este estudio es el largo seguimiento de los pacientes, ya que por término medio se controló la evolución que tuvieron durante unos 20 años tras la primera manifestación clínica. Inicialmente fueron reclutados para el estudio 140 pacientes.

Se estudió tanto la conversión a EM definida como la evolución a forma secundaria progresiva o a formas benignas de la enfermedad, y la discapacidad acumulada.

En el análisis de las imágenes de resonancia magnética, se valoró si la resonancia magnética inicial se consideró normal o anormal, y en este caso, el volumen de lesiones inicial y acumulado con el tiempo.

Con estos datos se hizo una correlación longitudinal entre los hallazgos encontrados en la resonancia magnética y la evolución clínica que tuvieron los pacientes, medida por escalas de discapacidad.

En cuanto a la evolución clínica de los pacientes se vio que tras 20 años el 63% desarrolló una EM definida. De ellos, el 42% de los pacientes habían pasado a forma secundaria progresiva, mientras que el 58% permanecían en forma remitente-recidivante (algunos con evolución muy benigna).

Se encontró una correlación claramente positiva para el desarrollo de la enfermedad en aquellos cuya resonancia magnética inicial no era normal. También se encontró asociación entre un mayor volumen total de lesiones (especialmente en los primeros 5 años de seguimiento) y la evolución a forma secundaria progresiva frente a los que seguían en fase remitente-recidivante. Por tanto, un acúmulo de lesiones más lento en resonancia magnética se relacionó con una mejor evolución clínica.
Ya en estudios previos de seguimiento que contaron con menor número de pacientes y menor tiempo de evolución se apuntó a la relación entre la carga lesional en resonancia magnética y el riesgo de mayor discapacidad a largo plazo.

Otro aspecto muy interesante del estudio es que tan solo 4 de los 107 pacientes que completaron el seguimiento recibieron algún tratamiento aprobado para la EM, por tanto los resultados son bastante indicativos de la evolución natural de la enfermedad. Por otra parte, esto mismo impide conocer cómo el efecto preventivo del tratamiento sobre las recaídas podría haber cambiado la progresión de la discapacidad.

 

BIBLIOGRAFIA

1. Finiku LK, Brex PA, Altmann DR, et al. Disability and T2 MRI lesions: a 20-year follow-up of patients with relapse onset of multiple sclerosis. Brain. 2008 Mar; 131(Pt 3):808-17. Epub 2008 Jan 29.

2. Brex PA, Ciccarelli O, O´Riordan JI et al. A longitudinal study of abnormalities on MRI and disability from multiple sclerosis. N Eng J Med 2002 Jan 17; 346(3):158-64.

 

Dr. Miguel Ángel Gamero García
Neurólogo
Unidad de Esclerosis Múltiple
Hospital Virgen Macarena. Sevilla