¿Somos solidarios? Existen diferentes maneras de entender el concepto de Solidaridad, y realizando un sondeo entre la gente que me rodea he encontrado diversas visiones. Algunos la entienden como caridad, unos como algo que no sirve para nada y otros como una forma de vida.
Y bien, entendámoslo como una forma de vida, en la que siempre tenemos en cuenta a los demás, en la que miramos para que todas las piezas de la máquina funcionen, nunca mirando y engrasando únicamente nuestra propia pieza.
Al pedir que cuantifiquen su grado de solidarios, a aquellos que se reconocen como tal, nos encontramos con una gran mayoría que es solidario una o dos veces al año (los que más) y una minoría muy reducida que deja que la solidaridad defina su propio carácter y su vida.
No se trata de hipócritamente hacer por los demás cuando nos ven o cuando nos lo van a tener en cuenta, sino intentar que vivir no sea un individualismo cada vez más evidente. Sino hacer altruistamente sin esperar nada a cambio, más que la sensación agradable del trabajo bien hecho.
Debemos comprometernos con nuestro entorno más cercano, y desde éste intentar ayudar por mejorar.
Y comprometernos implica educar a los más pequeños en la solidaridad. Desde dar los juguetes que aún están en buen estado cuando se tienen demasiados, dedicar tiempos a colaborar con diferentes grupos o entidades con fines benéficos, enseñarles a ayudar cuando alguien en la calle lo necesita, o en el bloque o barrio, o en el colegio, o en su clase, …
En definitiva ayudarles a tener una mentalidad de ayuda y apoyo, que salga de forma espontánea cuando nosotros ya no estemos cerca de ellos/as.
La navidad es una bonita época para ello, para empezar a educarles y ayudarles a ser solidarios y no egoístas, dialogando con ellos/as de los diferentes problemas que vemos y debatiendo que podríamos hacer. Y es que muchas veces lo único que podemos hacer es pensar y tener en mente que debemos hacer algo en cuanto tengamos ocasión.
Debemos dedicar más tiempo a la charla espontánea de las cosas que pasan a diario, de cómo viven otros. Por un lado les ayudará a ser más agradecidos con su propia vida y realidad, y por otro lado, a ser más críticos y ser capaz de ofrecer parte de lo que ellos/as tienen.
Añadir, que no olvidemos que si ayudamos todos un poco, todo es posible. Y que ser solidarios es una actitud que debe primar ante otras durante toda la vida. No dejemos que pase como una época entre los adolescentes como una moda más.
¡Felices fiestas solidarios/as!
Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)