Tener más paciencia que el santo Job
Tener mucha paciencia. Sobrellevar todas las incomodidades e inconvenientes. Hace referencia a Job, el protagonista del primero de los Libros Sapienciales de La Biblia.
Sobre Job transcribimos el siguiente relato: “Job era un hombre piadoso y bueno. Era rico y su vida era completamente feliz. Envidioso el demonio de tan privilegiada situación, se acercó a Dios y le echó en cara el asunto: “Job te ama porque lo proteges. Prueba a extender tu mano y tocar su hacienda. ¡Verás como te maldice ante tu propia cara! Dios aceptó el reto de Satán y privó a Job de todas sus riquezas, pero Job seguía siendo bueno y amaba a su Señor.
El demonio insistió en sus instigaciones y Dios, para probar la fidelidad de Job, envió a éste las más terribles enfermedades, hizo que todos los despreciaran, lo convirtió en pordiosero y lo mandó a vivir entre el estiércol. Aún así, Job siguió siendo fiel al Señor, con lo que Dios ganó la apuesta a Satán.
Finalmente, Yahvéh restituyó a su amado Job todo cuanto tenía y más”.
El libro de Job concluye informándonos que el santo “Tuvo catorce hijos y tres hijas: a la primera la llamó Paloma; a la segunda, Canela, a la tercera, Estibina. No había en toda la región mujeres más hermosas que las hijas de Job”.
Fuente: El gran libro de los refranes (Editorial Libsa)