Ave que vuela, a la cazuela
Nuevamente, mediante un símil gastronómico, el refranero ofrece una sentencia moral que dicta la necesidad de aprovechar las oportunidades que se presenten.
En un sentido de moral más laxa, parece recomendar apropiarse de un objeto que no tiene dueño y que puede adquirirse con poco esfuerzo. En un sentido culinario, también expresa: LO QUE PACE, CORRE O VUELA, A LA CAZUELA.
Fuente: El gran libro de los refranes (Editorial Libsa)