“¡Ver las estrellas!”
Ver las estrellas, o hacerle ver (a otro) las estrellas…
El Diccionario de la Academia registra estas expresiones figuradas y sus variantes, y explica que se dicen “por la especie de lucecillas que parece que uno ve cuando recibe un gran golpe”.
Clemencín, en su nota 25 al capítulo 19 de la 2ª parte del Quijote, escribe: “Se dice que hace ver las estrellas a otro el que con algún golpe le causa un dolor vehemente y repentino. Esta expresión se funda en que, al recibir un golpe, suele parecer que se ven como unas luces a modo de estrellas”
Espinel, en la Vida del escudero Marcos de Obregón (rel. 3º, descanso 15), escribe:
– “No se burle conmigo ” dijo el mozo de mulas -, que le haré ver estrellas a medio día”.
Covarrubias explica esta última expresión en su Tesoro, diciendo:
“Hace ver a uno las estrellas a mediodía es amenaza que hacen los hombres crueles a sus esclavos, dándoles a entender (que) los meterán en la mazmorra por algunos días. Experiméntase que, si uno se halla en la profundidad de un pozo muy hondo, que, aunque sea de día, no llegando allá la luz, desde aquella oscuridad podrá ver las estrellas, porque no se lo impiden los rayos del sol”.