"El que mucho llora, sus males empeora"
Tradicionalmente se ha entendido que el llanto desahoga,…
Tradicionalmente se ha entendido que el llanto desahoga, pero este refrán recuerda que las penas que persisten y se hacen crónicas hacen más daño y agravan el estado de quien las padece. Hasta el siglo XVIII se creía que el cerebro era víscera que necesitaba humedad y que cuando a uno se le secaba el cerebro se volvía loco o tenía fantasías. Con la actividad diaria, los sesos perdían cierto volumen de agua que se recuperaba con el sueño. Si una persona permanecía despierta y en constante actividad durante la noche, acababa por perder el juicio. También el llanto continuo privaba de humedad al cerebro y, por esta razón, se recomendaba derramar lágrimas con moderación. Un refrán contrario señala: “Quien llora, sus males mejora”.
Fuente: El gran libro de los refranes –Editorial Libsa