Hacérsele a uno la boca agua
Gozarse con un deseo o recuerdo, como al ver o apetecer una fruta u otro manjar, que se llena de saliva la boca por exprimirse, mediante acción refleja, las glándulas salivares. Metafóricamente significa “deleitarse con la esperanza de conseguir alguna cosa agradable, o con su recuerdo”.
Cejador, en su Fraseología (tomo 11), trae, a propósito de esta frase, estas citas: “Se está saboreando y le crece el agua en la boca” (Fray Pedro de Vega. Psalmo 4, v.15, d.2); “Quiere que cada día se os haga la boca agua viendo la fruta” (Fray Lorenzo de Zamora).
Es expresión idéntica a la de hacérsele saliva la boca, que emplea Juan de Zabaleta en El día de fiesta, obra de 1654, done, describiendo a “El glotón que come al uso”, dice:
“Por quitarse el fastidio de esperar, se mete entre los que hablan. Hállalos tratando de novedades y él va rempujando la conversación poco a poco hasta que da con ella en comidas y guisados. Dice de memoria tres o cuatro platos de su invención, de tan buen parecer, que les deja a todos haciéndoseles la boca saliva”.
Fuente: El gran libro de los refranes (Editorial Libsa)