Fármacos o psicoterapia en la depresión postictus
La mitad de los pacientes con ictus sufren al cabo de un año una depresión. Para evitarlo, un estudio que se publica hoy en JAMA demuestra que es eficaz recurrir a la terapia farmacológica y a la psicoterapia.
DM. Nueva York 28/05/2008
En el año posterior a un ictus, los pacientes que reciben el antidepresivo escitalopram o que participan en una terapia de grupo tienen menos riesgo de sufrir depresión, según ha demostrado un estudio de comparación del fármaco y la terapia con el placebo que se publica hoy en The Journal of the American Medical Association.
Más de la mitad de las personas que sufren un accidente cerebrovascular presentan una depresión. "La depresión postictus se ha asociado en diversos estudios tanto con un empeoramiento de las secuelas de la patología, sobre todo al deterioro en la capacidad para realizar actividades cotidianas, como con un incremento de la mortalidad. Por ello, prevenir las depresiones es un objetivo importante", apuntan los autores del estudio, encabezados por Robert G. Robinson, de la Universidad de Iowa.
Los científicos analizaron la eficacia del antidepresivo o bien de la terapia psicológica frente a placebo en la prevención de la depresión entre 176 pacientes que habían sufrido un ictus.
Los sujetos se dividieron en tres grupos: 59 recibieron escitalopram, otros tantos, terapia de grupo y a 58 se les administró placebo.
La terapia de grupo consistió en seis sesiones y otras tantas de refuerzo, en las que se trabajaba sobre un problema concreto y los pasos necesarios para solucionarlo.
Los individuos analizados que recibieron placebo fueron unas 4,5 veces más propensos a desarrollar depresión que los que fueron tratados con escitalopram (22,4 por ciento y 8,5 por ciento, respectivamente); también fueron 2,2 veces más susceptibles a sufrir la enfermedad mental que los pacientes que siguieron la terapia psicológica (11,9 por ciento).
"Basándonos sólo en la frecuencia de la depresión en el primer año de tratamiento, dedujimos que el 7,2 por ciento de los pacientes con ictus agudo necesitarían tratamiento con el antidepresivo para prevenir un caso de depresión y el 9,1 por ciento requeriría la terapia psicológica para evitarlo".
Los autores indican, asimismo, que al emplear otro método de análisis más conservador hallaron que la superioridad de escitalopram frente a placebo se cifraba en el 23,1 por ciento y el 34,5 por ciento de depresiones, respectivamente, mientras que la psicoterapia no ofrecía una mejora significativa (30,5 y 34,5 por ciento).
"La principal implicación clínica de nuestro hallazgo es que recomendamos a los pacientes con un ictus que reciban escitalopram o psicoterapia para prevenir la depresión", concluyen.
(JAMA 2008; 299(20): 2.391-2.400).
Fuente: diariomedico.com