La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad compleja en la cual participan varios procesos fisiopatológicos incluyendo inflamación, desmielinización, daño axonal y mecanismos de reparación. Estos procesos pueden selectivamente predominar en cada paciente, contribuyendo a la heterogeneidad en la expresión de la enfermedad, su pronóstico y la respuesta al tratamiento.