Todos los medios de comunicación se hacen eco de la realidad que se vive en las aulas, de la situación precaria en la que se encuentra el maestro/a de escuela y profesor/a de instituto hoy en día.

Somos conocedores de la necesidad e  importancia que tiene la escuela en la educación de los niños/as desde sus primeros años hasta los 16 años, en que finaliza la enseñanza obligatoria ( 6-12 años, la educación primaria; de 12-16 años la educación secundaria obligatoria).

Recalcar, una vez más, la importancia que tiene la educación que reciben en el contexto escolar, debido a la situación actual de las familias, en las  que trabajan tanto la madre como el padre.

Son muchas las familias que sueltan el peso de la educación en las escuelas, aunque sin confiar en ellas lo suficiente, y en muchos casos sin allanar el camino para que los niños/as respeten a los maestros/as como una autoridad.

Una autoridad que les enseñará a vivir en la sociedad en la que han nacido y en su propia generación. Una autoridad que debería existir y que sin embargo, día tras día va desapareciendo más, aunque la necesidad aumenta a velocidades mayores.

Son muchos los sindicatos y organizaciones que reclaman mejoras en las condiciones del profesorado, ya que esto se reflejaría en las condiciones de aprendizaje de los propios alumnos / as y en el desarrollo de las nuevas generaciones, lo que a su vez se reflejaría en el desarrollo de nuestro país.

Estas mejoras irían desde: aulas adecuadas a la diversidad del alumnado, recursos pedagógicos suficientes para una docencia innovadora acorde a las necesidades de la nueva sociedad, medidas preventivas para un ambiente saludable y de seguridad; hasta mejoras salariales que  permitan recuperar el poder adquisitivo de sus salarios perdido desde 1996 y la necesaria  incentivación retributiva para desarrollar su carrera profesional a través de la promoción profesional docente.

Una vez mas hacer hincapié en la necesidad del reconocimiento de la labor docente. Para una enseñanza de calidad  se requieren profesionales bien formados, con una formación continua y permanente, pero para ello hay que dedicar un presupuesto mayor, y nuevas medidas temporales para incentivar a este trabajo extra.

Al igual que en otros medios y organizaciones se ha hecho, quería dedicarle esta semana, nuestro rincón a pedir a nivel general a toda la sociedad – políticos, familias, agentes sociales y medios de comunicación-  un esfuerzo por reconocer la importancia de la tarea que, todos los días, en millares de aulas, llevamos a cabo los docentes.

Autora: Rosa Rodríguez (Pedagoga)