Un estudio presentado en Ectrims 2024 revela cómo dos proteínas en la sangre podrían ser claves para mejorar los tratamientos en pacientes con esclerosis múltiple.
Un nuevo estudio presentado en el Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple (Ectrims 2024), ha identificado dos biomarcadores clave que podrían anticipar la progresión de la discapacidad en pacientes con esclerosis múltiple (EM). Esta investigación abre la puerta a tratamientos más personalizados y efectivos, marcando un avance significativo en la gestión de esta enfermedad crónica.
El estudio, llevado a cabo en 13 hospitales de España e Italia, estuvo liderado por el Dr. Enric Monreal, investigador destacado del Hospital Universitario Ramón y Cajal y del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria en Madrid. Los investigadores centraron su atención en dos proteínas presentes en la sangre: la cadena ligera de neurofilamentos séricos (sNfL), que indica daño en las células nerviosas, y la proteína ácida fibrilar glial (sGFAP), vinculada a la inflamación del sistema nervioso central (SNC). Ambas son capaces de predecir el empeoramiento tanto relacionado con recaídas (RAW) como la progresión independiente de la actividad de recaída (PIRA).
Los pacientes con niveles altos de sNfL no responden bien a los tratamientos modificadores de la enfermedad estándar, pero sí obtienen beneficios significativos con terapias de alta eficacia
El estudio se basó en el análisis de muestras de sangre de 725 pacientes con esclerosis múltiple, recogidas en los primeros 12 meses tras el inicio de la enfermedad. Utilizando la técnica Single Molecule Array (Simoa), el equipo evaluó el valor predictivo de los niveles de sNfL y sGFAP en la progresión de la discapacidad. Los resultados revelaron que niveles elevados de sNfL están asociados con un aumento del 45% en el riesgo de empeoramiento relacionado con recaídas y un 43% en la progresión sin recaídas. Según los investigadores, esto sugiere que los pacientes con niveles altos de sNfL no responden bien a los tratamientos modificadores de la enfermedad estándar, pero sí obtienen beneficios significativos con terapias de alta eficacia (TME-E) como natalizumab, alemtuzumab y otros.
El Dr. Monreal explica que estos hallazgos son de gran relevancia para ajustar los tratamientos a las características específicas de cada paciente. “La identificación de sNfL y sGFAP como biomarcadores predictivos nos permite adaptar las estrategias de tratamiento para los pacientes con EM de forma más efectiva”, afirmó el sanitario. Según él, los pacientes con niveles bajos de ambos biomarcadores presentan un mejor pronóstico y pueden ser tratados con terapias inyectables o orales, mientras que los niveles altos de sNfL requieren tratamientos más agresivos para prevenir el empeoramiento de la discapacidad.
El estudio incide en la necesidad de desarrollar tratamientos personalizados
Por otro lado, los niveles elevados de sGFAP, cuando los niveles de sNfL son bajos, se asociaron con un aumento del 86% en el riesgo de PIRA, lo que destaca la necesidad de nuevos enfoques terapéuticos en este subgrupo de pacientes. “Estas vías distintas en la esclerosis múltiple tienen implicaciones terapéuticas significativas, ya que los tratamientos actuales se dirigen principalmente al sistema inmunitario adaptativo sin afectar la inmunidad del SNC”, explicó el Dr. Monreal, subrayando la importancia de identificar a los pacientes con mayor riesgo de inflamación para mejorar los resultados y prevenir la discapacidad.
Este estudio refuerza la necesidad de desarrollar tratamientos personalizados para los pacientes con esclerosis múltiple, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y que, en muchos casos, conlleva una discapacidad crónica que merma considerablemente la calidad de vida. Según el especialista, “medir los niveles de sNfL y sGFAP al inicio de la enfermedad nos permite obtener información valiosa sobre las diferentes trayectorias de progresión de la EM, lo que permite una intervención más temprana y eficaz para prevenir la discapacidad”.
Así, los resultados de esta investigación suponen un gran avance en el manejo de la esclerosis múltiple y apuntan hacia un futuro con tratamientos más precisos y adaptados a las necesidades específicas de cada paciente.
n nuevo estudio pionero, presentado en el Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple (ECTRIMS 2024), ha identificado dos biomarcadores clave que podrían anticipar la progresión de la discapacidad en pacientes con esclerosis múltiple (EM). Esta investigación abre la puerta a tratamientos más personalizados y efectivos, marcando un avance significativo en la gestión de esta enfermedad crónica.
Fuente: isanidad.com