Truco 1 – Zonas sucias en las puertas

Las partes de las puertas que sufren más roces tardan más en coger suciedad si se lavan con un preparado a base de aceite de linaza y zumo de limón a partes iguales. Se aplica con una esponja y se seca con un paño limpio. Además, se pueden proteger y abrillantar más estas partes frotándolas con el interior de una piel de limón.

Truco 2 – Puertas lacadas

Las puertas lacadas de blanco se pueden limpiar sencillamente con jabón en escamas diluido en agua, pero para que tarden más en ensuciarse de nuevo, aplicar una capa muy fina de cera blanca y sacar brillo con un paño.

Truco 3 – Pintar los marcos

Al pintar o barnizar los marcos de las puertas y ventanas, se puede colocar una cinta de pintor alrededor del marco para no manchar la pared. Una vez se haya secado, quitar la cinta con cuidado para no estropear la pintura de la pared.

Truco 4 – Quitar el hielo

Los cristales quedan limpios de hielo si se frotan con una gamuza empapada en agua caliente muy salada. En estos casos, hay que frotar fuerte hasta que desaparezca el hielo.

Truco 5 – Cristales apagado

Los cristales, con el paso del tiempo, pueden perder el brillo y quedar opacos. Aplicándoles el siguiente truco se consigue recuperar su brillo y transparencia.

Ingredientes:
– un paño
– aceite de linaza o aceite de oliva
– papel de seda

Aplicación:
1. Cuando el crital no tiene brillo, humedecer un paño con aceite de linaza o aceite de oliva.
2. Frotar el cristal con el paño humedecido con el aceite y dejar actuar durante una hora.
3. Quitar el aceite frotando el cristal con un papel de seda y luego limpiarlo normalmente.

Truco 6 – Contra la escarcha

En los lugares fríos, una forma de evitar que los cristales de la ventanas queden cubiertos de escarcha es frotarlos con sal. También se evita si se frota el cristal cuando está seco con un paño humedecido en alcohol.

Refranes y citas:
“Casa con dos puertas, mala es de guardar”.

Consejos de la abuela:
Qué día limpiar

Es mucho mejor limpiar los cristales en un día nublado, ya que, es mucho más fácil ver las manchas en ellos. El problema de los días soleados es que los reflejos del sol impiden ver en el cristal las manchas y las lunas que se pueden producir al pasar el trapo.

Fuente: La Botica de la Abuela