Estamos acostumbrados a una rutina, para unos más activa que para otros, pero, en cualquier caso, nuestra rutina. Sin embargo, ahora ha cambiado.

Todos sabemos que debemos quedarnos en casa y no salir a no ser que sea estrictamente necesario. Esta medida nos limita nuestra libertad, pero es una medida que se ha tomado por nuestra salud y bienestar, no es como estar en una cárcel, estamos en casa, con nuestras comodidades y así es como debemos vivirlo. Pero a pesar de esto, es una medida muy dura y que nos afecta a todos en general y a las personas afectadas con alguna patología más aún si cabe.

Los primeros días son más llevaderos, pero ya han pasado algunos y puede que se nos empiece a hacer cuesta arriba. Además del tiempo que llevamos en casa, también influyen las noticias negativas que vamos escuchando y el empeoramiento de la situación.

Así, es normal tener un estado de ánimo más bajo, sentir tristeza, notar síntomas ansiosos, enfado, más irritabilidad y llegar a sentir un aburrimiento excesivo.

Y qué podemos hacer para minimizar estos síntomas:

 

¡¡¡Ánimo que seguimos adelante!!!

 

Reyes Valdés Pacheco

Psicóloga ASEM

 

Foto:sites.google.com