¡No es nada lo del ojo!
Expresión que empleamos cuando alguien da poca importancia a algún hecho que la tiene y grande.
La frase completa es: ¡No es nada lo del ojo… y lo llevaba en la mano!, manera de ponderar por antífrasis algún grave daño.
Alude a algún personaje que perdió el ojo, por accidente o en pelea, y que, llevándolo en la mano, a la vista de todos, trataba de quitar importancia al gravísimo percance.
Correas, en su vocabulario de refranes, no cita esta expresión, pero cita varias de la misma índole y significado, como las de: No es nada la meada, y calaba siete colchones y una frazada. No es nada la meada, y calaba siete colchones y una manta, y hacía campanitas en el suelo. No es nada la meada: calaba siete colchones y nadaba un duey debajo. No es nada, que del humo llora. No es nada, sino que matan a mi marido. No es nadilla, y llegçabale a la rodilla.
El padre Isla, en su famosa obra Fray Gerundio de Campazas, al hablar del sermón del Fray Gerundio predico en su pueblo, cita el dicho No es nada lo del ojo, y llevábalo de fuera.
Fuente: El gran libro de los refranes (Editorial Libsa)